Pastor Santo, hombre de Dios

Fui Obispo Auxiliar de Mons. Carlos González Cruchaga (Q.E.P.D.) en Talca, entre julio de 1991 y noviembre de 1994.

Aún recuerdo con cariño y gratitud al Señor esos años en donde conocí hermanas y hermanos en la fe maravillosos, que me transmitieron su gozo de creyentes. Laicos, mujeres consagradas, diáconos permanentes, sacerdotes, el pastor diocesano; fueron para mí testimonios de amor y de entrega que enriquecieron mi propia fe y mi ministerio pastoral. Quiero destacar a uno de ellos: el P. José Cappel, a quien me atrevo a calificar como Pastor Santo. Verdaderamente el P. José era un hombre de Dios.

La diócesis entera de Talca y especialmente su querido Curepto, pueden dar testimonio de que fue un hombre de Dios. Hombre para los demás. Hombre admirable en su entrega. Hombre lleno de sabiduría y de una humildad que impresionaba. Siempre atento a las necesidades de los demás, sin alardes de ninguna naturaleza. Sus largos años de vida - ¡hasta el fin sirviendo!– fueron un testimonio elocuente de lo que Dios hace con alguien que le confía su existencia y que busca sólo su Gloria y no la propia. ¡Admirable!

El Pastor diocesano lo nombró además “Exorcista”. Una tarea compleja que requiere en el nominado una entrega radical a Dios, una santidad de vida para enfrentarse a las fuerzas del Maligno. El P. José fue un don para la Iglesia en Chile y, particularmente, en Talca.

¡Gracias Señor por el regalo de su vida!

† Alejandro Goic Karmelic. Obispo de Rancagua. Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.

Recopilados por Ricardo Rojas Valdés

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